El tono de las películas de Aronofsky suele no tener resonancia en mí pero eso no hace que deje de parecerme un director interesante. Dejando a un lado el argumento de que "todo mundo tiene una droga" (la cual es una buena idea sobre la cual hacer girar una película pero durante el transcurso de esta la idea no crece) lo que más me agrada de Requiem es lo conciente que parece estar Aronofsky de lo devastador del material y cómo, a diferencia de lo que muchos otros directores habrían hecho, no decide diluir el material sino encontrar otra forma de presentarlo.
El recurso que el director utiliza, y que pocos hubieran podido ejecutar bien, es utilizar todos los recursos técnicos a su alcance para crear un espectáculo visual del que resulta difícil apartar los ojos. Tal como los infomerciales que suele ver Sara Goldfarb, una de las protagonistas, en los cuales abundan las luces y el sonido, Requiem se vale de una fotografía sumamente expresiva, una edición imponente y un score que no ha dejado de escucharse a lo largo de toda esta década. Gracias a lo bien realizados que están estos elementos y la forma en que armonizan entre sí Aronofski nos mantiene enganchados a su filme aún cuando sabemos que al final nada va a salir bien.

Esta película es similar a Terrifying Girls' High School: Lynch Law Classroom (dirigida también por Suzuki) en cuanto a que ambas narran de forma entretenida una historia arquetípica: la de un grupo que ha sido abusado por otro durante mucho tiempo hasta que llega una persona destinada a acabar con ello. Comparando las dos películas esta tiene mayor complejidad en las relaciones entre los personajes (en el sentido que se sienten más vivas, no más pesadas), y el guión cuenta una serie de eventos que se sienten más diversos y más fuertes.
El mayor defecto de la película (aparte de la ligereza inherente al género la cual en algunos momentos resulta agradecible y en otros insastifactoria) es que la mitad de la película se siente algo floja, no porque dejen de suceder cosas sino debido a que por alguna razón estos eventos no dejan una impresión pero afortunadamente la película se recompone en este aspecto conforme se acerca a su desenlace.

A pesar de sus dos horas y media de duración esta película no se siente larga gracias a lo ágil y concreto de la narración, la historia aquí contada bien pudo haber necesitado una hora más y tener muchas menos escenas sobresalientes si se hubiera hecho cargo otro director.
Entre las actuaciones destacan la de Tahar Rahim quien se desenvuelve con bastante fluidez en su papel y la de Niels Arestrup, quien da a su personaje la presencia fuerte que requiere.
Tal vez lo más distintivo de esta película sea la atmósfera de amenaza constante que posee, haciendo que el ambiente creado en las escenas que suceden dentro de la prisión poco a poco invada las escenas que suceden fuera de esta.

Esto película es lo que esperaba que fuera: entretenida, con una trama improbable, personajes planos pero llamativos, varios desnudos y abundante acción. En general es buena opción para aquellos que gustan del género.

Esta serie tiene un tono cálido, pero lamentablemente sus personajes y situaciones nunca dejan de sentirse genéricos, debido a esto sólo es posible compenetrar con la serie cuando se anda del humor adecuado pero el resto de las veces pasa por debajo del radar.

La historia de la película es simple: un joven concebido a raíz de una violación decide seguir los pasos de su padre biológico. Las discusiones que se derivan de una premisa de este tipo, si bien no son abordadas con mucha profundidad tampoco son rehuídas ni expuestas con torpeza, este es uno de esos casos en los que las acciones de los personajes dicen más que sus palabras. Tales acciones pueden resultar molestas de ver a algunas personas, pues si bien hay poco gore las escenas de sexo son algo fuertes y la depravación del protagonista permea toda la película, pero para aquellas personas que gustan de los filmes con este tipo de atmósfera y del humor negro (que aunque escaso es efectivo) esta es una película recomendable.

Algunos directores se desarrollan mejor cuando sus recursos son limitados, y al juzgar por esta película uno pensaría que Norifumi Suzuki es uno de ellos. Por ejemplo, los escenarios de Sex And Fury son en su mayoría simples, con pocos elementos en ello, algo que Norifumi Suzuki maneja hábilmente para convertirlo en un estilo cinematográfico que es fielmente recreado en algunas escenas de Kill Bill 1, especialmente en la batalla contra O-Ren Ishii y sus Crazy 88.
Otro ejemplo tiene que ver con la censura existente en Japón, la cual no permite mostrar genitales en filmes. Esto no detiene a Norifumi Suzuki en su deseo de filmar una escena de acción ágil y clara en la que su protagonista mantiene un duelo de espadas contra varios oponentes al mismo tiempo completamente desnuda y sin romper en ningún momento con las reglas de censura existente.
También destacables son la música, la cual acentúa las escenas en una forma que resulta díficil no llamar "típicamente japonesa", y el elenco de la película que reune a Reiko Ike, un ícono de este género del cine japonés abundante de criminales y sexo, y a Christina Lindberg, ícono del cine de explotación, especialmente por su papel en Thriller (también conocida como They Called Her One Eye).

Varias partes de la película se sienten demasiado extravagantes y ajenas pero también hay muchas otras que son divertidas, tranquilamente emotivas o incluso memorables. La actuación de Gene Hackman, especialmente su apresurada forma de hablar, es bastante buena así como la de Gwyneth Paltrow cuyo personaje tiene cierta presencia Nico-esca e incluso la actuación de Ben Stiller resulta destacable al mostrar un rango de actuación más amplio de lo acostumbrado.

El estilo de la película es bastante propio, con la animación, el humor y la música reflejando la excentricidad que caracteriza a Wes Anderson. Esto hace que la película no se torne aburrida pero no es suficiente para hacerla trascender su género.

El guión es sutil pero no se aleja mucho de los mecanismos comunes de las comedias románticas, lo que realmente vale la pena ver en esta película son las actuaciones de Binoche y en especial de Carell quien una vez más demuestra que puede crear personajes verosímiles y com un amplio rango de emociones sin dejar de ser divertido. La química que surge entre estos dos protagonistas es muy agradable e incluso íntima, tanto así que a veces uno desearía que no hubiera tanta y tan predecible trama interponiéndose entre una interacción más libre entre ellos.